Nace en Lisboa en 1195. A los 27 años se hizo franciscano y
tomó el nombre de Antonio en recuerdo de San Antonio Abad. Fue a evangelizar al
Africa pero el clima y el trabajo lo enfermaron. Se embarcó para España pero
una tempestad lo llevó a Italia. Allí y en Francia predicó previniendo a la
gente para que no se dejara engañar por los herejes albigenses.
Fijó su residencia en Padua, ciudad universitaria. Allí
consiguió los mejores frutos de sus sermones y adquirió una fama inmensa. León
XIII lo llamó "el santo de todo el mundo", porque su imagen y su
devoción se encuentran por todas partes.
Fue un evangelizador incansable. Repetía que el gran peligro
del cristiano es predicar y no practicar, creer pero no vivir de acuerdo con lo
que se cree.Los favores que consigue son inmensos. Es más amado e invocado por
el pueblo humilde que ve en él un protector de los pobres y necesitados.
Murió el 13 de junio de 1231, a los 35 años. La ciudad de
Padua ha conservado sus restos con enorme devoción durante más de siete siglos,
construyéndole una bellísima basílica. Dios quiso glorificar su sepulcro
obrando allí infinidad de milagros. El Papa Gregorio XI lo declaró santo al año
de muerto. Pío XII lo declaró "Doctor Evangélico". La gente
experimenta que él conmueve a los ricos para ayudar a los pobres y consigue
buenos matrimonios.
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