1. Jesús es un nombre dulce que alimenta la esperanza;
nombre que es, como dice San Bernardo, júbilo para el corazón, melodía para el
oído y miel para la boca.
2. Si tú predicas a Jesús, Él ablanda los corazones y
dulcifica las ásperas tentaciones. Si piensas en Él, domina tu corazón. Si lo
lees, sacia tu mente.
3. Tan pobre como es la mesa que carece de pan, así la vida
ms ejemplar resulta vacía si le falta amor.
4. El gran peligro del cristiano es predicar y no practicar,
creer pero no vivir de acuerdo con lo que se cree.
5. Cristo nos ha sido dado por el Padre para que al vivir
por él, lo amáramos; sin él vivir es morir.
6. Dos cosas, el amor de Dios y del prójimo, hacen perfecto
al hombre.
7. La acción, sin la oración, no tendrá ni luz ni sabor.
8. La fe debe estar animada por el amor.
9. Dios fija la mirada en el corazón cuando infunde la luz
de la contemplación.
10. Quienes quieran adquirir la fe en Dios, la caridad hacia
el prójimo, la penitencia hacia sí mismos, es necesario que vivan en la quietud
del espíritu y en la dulzura de la contemplación.
11. Si injurias a un niño, si lo provocas, si lo golpeas,
pero después le muestras y ofreces una flor, una rosa o cualquier cosa similar,
él olvida rápidamente la ofensa, abandona la ira y corre a abrazarte. De igual
modo, si has ofendido a Cristo pecando mortalmente, o lo has injuriado, si le
ofreces la flor del arrepentimiento, la rosa de una confesión llena de
lágrimas, que son la sangre del alma, Él, Cristo, ya no se acordará de tu
ofensa, te perdonará la culpa y correrá a abrazarte y a besarte.
12. Quien un día quiera participar al gozo del banquete
celestial en el paraíso, que considere la potencia del Señor, la sabiduría de
Dios, la misericordia del Padre, considere la potencia para temer, la sabiduría
para conocer, la misericordia para confiar.
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